Las autoridades de Guatemala (ejecutivo, legislativo y judicial), en connivencia con las mafias y acuerpadas por la mayoría de los partidos políticos (entre ellos UNE, Vamos, Valor), algunos empresarios, y congregaciones evangélicas que han perdido el norte y su razón de ser (entre ellas Casa de Dios y Ministerios Ebenezer), están empujando al pueblo a la desobediencia civil, y salir a las calles a protestar, ante sus decisiones antojadizas e ilegales.
Decisiones hechas con el propósito de preservar los privilegios espurios de que gozan las mencionadas y sus achichincles. La corrupción existente empobrece cada vez más a la población. Al negarle diferentes servicios que el Estado tiene la obligación de proveer.
Es tan escandalosa la corrupción y el desorden electoral que ahora son alcaldes o alcaldes electos una gran variedad de personajes sin ninguna capacidad administrativa, entre otras. Y una gran cantidad de ellos antes fueron choferes o guardaespaldas de anteriores autoridades edilicias. Van porque saben que la coima, el moco, es grande.
Nunca Guatemala podrá desarrollarse y salir del tercermundismo si continúan estas asociaciones vergonzosas.