Verdadera comida.

Sermón del domingo 7 de Febrero de 2016, basado en Juan Capítulo 4:31-34. Cuando Jesús conversa con sus discípulos luego de su encuentro con la mujer samaritana en el pozo de Jacob.

Verdadera comida

  1. Jesús les dijo: Mi comida —la que a él le satisfacía y deleitaba—es hacer la voluntad del que me envió, y terminar su obra. No necesita mayor explicación, aquí se nos instruye a hacer la obra de Dios, pues se nos ha encomendado el ministerio de la reconciliación, y a no dejar el trabajo a medias. No da buen testimonio el que empieza algo y lo deja a medias o lo hace de mala manera y deficientemente. Seguir leyendo «Verdadera comida.»

El don de Dios.

Sermón del domingo 31 de Enero de 2016, basado en el pasaje de Juan Capítulo 4, durante el encuentro entre Jesús y la Samaritana en el pozo de Jacob.

El don de Dios

Jesús nos ofrece el agua de vida, el agua que satisface la sed del alma. Él es el único que puede hacerlo.

Jesús al encontrarse con la samaritana de Juan 4 se encuentra con una persona triste y amargada.

  1. Había tenido cinco maridos (v. 18), y convivía además con otro sin casarse.
  2. Por la hora a que fue a traer aguas vemos que posiblemente se sentía obligada a salir sola y al calor del día para buscar agua, tal vez por las críticas de los vecinos y conocidos (vv. 6, 7).

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Ordenes confiables

El sermón del domingo 10 de Enero se tituló: Ordenes Confiables. Este se basó en Lucas 5:1-11. Algunos aspectos a observar en este pasaje:

  1. Jesús enseñó la prioridad de oír la palabra de Dios a pesar de las circunstancias. Antes de resolver conflictos o problemas, o satisfacer necesidades Jesús compartió una enseñanza.
  2. Jesús luego de haber enseñado dio instrucciones a Simón Pedro para que este reiniciara labores, seguramente ya las redes estaban secas y listas.
  3. Pedro y sus compañeros habían fracasado la noche anterior, no habían pescado nada. A regañadientes Pedro aceptó las órdenes de Jesús que eran sobre todo razonamiento humano.
  4. Al obedecer Pedro y sus compañeros obtuvieron una gran pesca, fue tan abundante que tuvieron que llamar a los compañeros, socios según la NVI, de la otra barca para recoger todos los peces.
  5. Cuando le damos prioridad a la Palabra de Dios y obedecemos a las instrucciones de Dios, y además caminamos en fe siempre obtendremos victoria sin importar fracasos anteriores. Las instrucciones y promesas de Dios son siempre confiables.
  6. A pesar de las circunstancias nunca debemos de dejar de ir a oír la Palabra de Dios regularmente, pues Dios siempre nos hablará.
  7. Es importante leer, estudiar y meditar en la Palabra de Dios pero recuerde que: “fe es por el oír, y el oír…….”.
  8. Jesús nos enseña que hay que oír y obedecer, oír y hacer. No debemos quedarnos sentados esperando a que Dios ponga los peces en nuestras manos.
  9. Y siempre espere las ordenes confiables que Dios da por medio del Espíritu Santo.

La rebelión de Absalón

LA SUBLEVACIÓN CONTRA EL UNGIDO

“Entonces envió Absalón mensajeros por todas las tribus de Israel, diciendo: Cuando oigáis el sonido de la trompeta diréis: Absalón reina en Hebrón” (2 S. 15:10).

Introducción
El capítulo 15 de Segundo Samuel es el dolor de cabeza del ungido. Con la llegada de Absalón llegó también un grave problema a la estabilidad del reino del ungido, no era división desde afuera, era desde adentro; no era por un particular, sino por un miembro de la familia. Uno que nació en la carne, pero no nació en la visión del ungido.

Con sagacidad Absalón se fue robando el corazón de Israel (15:6); mostrándose preocupado por el pueblo (15:1–3); y expresando su deseo de ayudar (15:4–5).

Durante cuatro años se fue preparando para darle el golpe político a su padre (15:7) y bajo pretexto de cumplir voto en Gesur, Siria, su padre le dio permiso para viajar y en Hebrón se proclamaría rey (15:9–10), y era seguido por gente sencilla, pero también de seguidores comprometidos (15:11–12).

Ante la noticia de la deserción del pueblo (15:13), el ungido con sus siervos y familia decidió huir de Jerusalén, dejando en su casa a diez mujeres concubinas (15:14–16). Sus siervos fieles lo siguieron (15:17–18).

Unos siervos fieles que reciben mención honorífica en la historia son: Itai geteo, que con su familia y sus hombres se decidió a vivir o a morir con el ungido (15:19–23). Sadoc, el sumo sacerdote que con los levitas y el arca decidió acompañar al ungido, pero este le aconsejó regresarse y desde Jerusalén ayudarlo (15:24–29). Con tristeza el ungido y sus seguidores subieron el monte de los Olivos, enterándose que Ahitofel, uno de sus consejeros, se le unió a Absalón (15:30–31). En la cumbre del monte adoró a Dios (15:32), encontrándose con Husai a quien aconsejó que regresara a Jerusalén como su espía (15:32–37). Seguir leyendo «La rebelión de Absalón»